Los azúcares refinados, tan ultilizados en nuestras sociedades son un veneno para nuestro organismo, afectan directamente al sistema linfático y a nuestro sistema inmune.
En los cursos de iridologia podremos aprender como los azúcares espesan la linfa que es la responsable del equilibrio de los líquidos en nuestro organismo. Al espesar la linfa, todos nuestros fluidos corporales se vuelven más densos, afectando sobretodo a la mucosidad que se espesa. El exceso de azúcares refinados en nuestra dieta espesa la mucosidad, provocando congestión nasal y agravando los procesos catarrales y de rinitis, sinusitis y asma. Además, en los ganglios linfáticos es donde se crean los linfocitos, con lo cual, cuando el sistema linfático no funciona correctamente, nuestra respuesta inmune se ve afectada. Concluimos por tanto que la ingesta excesiva de azúcares no solo espesa y aumenta nuestra mucosidad sino que reduce nuestra respuesta inmunológica. Los azúcares están directamente relacionados con una mayor incidencia de resfriados, procesos catarrales y respiratorios.
¿Como se refleja esto en el iris? En la iridología, la linfa espesa se refleja en el iris mediante la aparición de tofos, pequeñas acumulaciones blanquecinas que aparecen sobre el estroma del iris. Si estos tofos aparecen sobre la zona de ORL interpretaremos que hay acumulación de mucosidad. No debemos confundir esto con las personas que poseen un rosario linfáico, es decir toda una serie de tofos rodeando todo el iris desde siempre, de manera genética, este rosario linfático marcará una mayor predisposición genética a sufrir de problemas de origen linfático, como mayor tendencia a la retención de líquidos, a la acumulación como la celulitis, más mucosisdad, tendencia a procesos alérgicos, etc…Para poder relacionar los tofos no con una tendencia genética, sino con un proceso creado por el exceso de toma de azúcares, los tofos tienen que aparecer, se verán más densificados y aparecerán sobretodo en la zona de ORL y bronquios y pulmones, además, la ingesta de azúcares provoca malas digestiones, flatulencias y sobrecarga el páncreas, por tanto es frecuente ver el anillo del estómago e intestinos oscurecido, sucio, y signos de debilidad sobre el páncreas, así como pigmentos de color pardo que indican la hipofunción pancreática.