La rosa mosqueta es uno de los aceites más potentes en cuanto a sus propiedades sobre la piel, ha sido considerado a lo largo de los siglos como uno de los elixires de la eterna juventud.
Es un arbusto espinoso, que fabrica unas flores rosadas que al marchitar sus pétalos dan lugar a un fruto de color rojo vivo que está repleto de semillas. De las semillas de este fruto, conocido también como escaramujo, se extrae el aceite de la rosa mosqueta. Las semillas se prensan en frío por presión mecánica liberando su aceite.
Propiedades de la rosa mosqueta
Este aceite contiene un 96% de ácidos grasos poliinsaturados (ácido linoleico, ácido linolénico y oleico), de los cuales, el 80% son aceites grasos esenciales. Es muy rico también en provitamina A, vitamina E, Betacarótenos y fitoesteroides. Todo ello convierte a su aceite en una de las sustancias más potentes como regenerador epitelial y antioxidante. El aceite de rosa mosqueta se utiliza para aportar tersura y suavidad a la piel, es un potente nutritivo de la piel, ayuda a cicatrizar y repara las heridas, previene y ralentiza la aparición de las arrugas, mejora las estrías y las manchas de la piel, nutre e hidrata la piel es por todo esto que es uno de los productos estrellas de la cosmética natural.
Sus beneficios
La rosa mosqueta es también muy útil como coadyuvante en el tratamiento de las patologías dérmicas, estimula la regeneración de la epidermis, con lo cual la curación de heridas, cicatrices, quemaduras y eccemas es mucho más rápida.
Su acción no sólo se limita a la piel, la ingesta regular del aceite reduce los dolores artríticos y reumáticos, ayuda a prevenir la arterioesclerosis y las enfermedades de corazón en pacientes obesos, ayuda a arrastrar el colesterol LDL (“malo”), fortalece el sistema inmunológico y estimula la circulación de retorno. El escaramujo es además un fruto que destaca por su alto contenido en vitamina C, que puede llegar hasta 3500 mg de vitamina C por cada 100 g de escaramujo, mucho más que la concentración de vitamina C de cualquier fruta cítrica. Es por ello que la infusión de escaramujo es también un potente antioxidante, muy útil al igual que su aceite para ayudar a mejorar la circulación venosa, las varices, la piel, y en general la calidad de todos nuestros tejidos, así como destaca por ser un potente inmunoestimulante.
¿Cómo usarlo?
Así pues, este aceite debería ser utilizado diariamente por todos nosotros en la cocina, para el aliño de ensaladas y verduras; en cosmética, sobre el rostro y el cuerpo para mantener la tersura de la piel, la nutrición e hidratación de la misma y evitar el envejecimiento precoz; en infusiones, para mantener nuestras defensas altas y prevenir las infecciones y resfriados; y, en pacientes obesos con colesterol y pacientes con dolores osteoarticulares, debería recomendarse su ingesta oral de manera regular.
Encontramos pues en la rosa mosqueta un nuevo elixir de la juventud, regalo de la naturaleza para la salud y el cuidado del ser humano.
Rosana Ferre