Como hemos visto en el anterior artículo, es necesario que los huesos tengan todos los minerales necesarios para su buen funcionamiento. Pero todo esto será un derroche de tiempo y dinero si no activamos nuestra circulación. Es muy importante para que estos minerales puedan llegar a las células de los huesos.
¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra circulación?
Lo más importante para recuperar la máxima movilidad de las articulaciones y conseguir que la sangre llegue hasta el interior de nuestros huesos y pueda renutrir sus células es el deporte. Realizar ejercicios es vital para el tratamiento de la artrosis, andar, gimnasia en el agua, natación, …
Además del ejercicio, podemos mejorar la circulación con frotaciones con agua fría, zumo de limón y un guante de crin. Esto nos activará rápidamente la circulación pero también nos resecará la piel. Para devolverle su hidratación utilizaremos un aceite natural hecho a base de aceite esencial de limón, ciprés y enebro.
Además recomendamos comer frutos rojos: bayas, mirtilo, frutas del bosque, cereza, uva negra… Y tomar infusiones de Vid roja, Brusco y Hamamelis.
¿Qué podemos tomar para aliviar el dolor?
Deberemos tomar mucho líquido, sobre todo caldos de verduras. El caldo de verduras es un buen antioxidante, de 3 a 4 tazas al día nos ayudarán a aliviar el dolor. Seguiremos una dieta basificante a base de mucha fruta, verduras, frutos secos y miel. Alimentos con vitamina C, kiwi, naranjas, fresas… Y el aceite de oliva, su contenido en oleocantal bloquea las enzimas que participan en la inflamación.
Podemos realizar en casa una crema para calmar el dolor. Mezclaremos en un bote de cristal: Árnica, Harpagofito, Romero, Sauce, Clavo y Cayena. Lo dejaremos macerar durante 40 días, después lo filtraremos y calentaremos para posteriormente añadir cera de abeja (30 gr por cada 150ml). Unos días antes se pueden añadir unas gotas de aceites esenciales como la Gaulteria y el Romero Alcanfor.
¿Qué debemos evitar?
Los alimentos acidificantes como las carnes, mariscos, embutidos, tocino, cacahuates… Alimentos altos en grasas saturadas como carnes rojas, embutidos, lácteos enteros, mantequilla, margarina…Alimentos altos en purinas como la coliflor, espinacas, lentejas, espárragos y hongos. También el aceite de girasol y soya, ya que contienen ácidos grasos omega 6, que provoca un aumento en la inflamación. Y limitar el consumo de cafeína y tabaco.
Génesis Gutiérrez