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bebida1Un porcentaje importante (entre el 30 y el 50 %) de niños, adolescentes y adultos jóvenes, consumen regularmente bebidas energéticas. Las cuales contienen cafeína, taurina, guaraná, azúcar en forma de glucuronolactona, vitaminas y edulcorantes. Este tipo de bebida se hizo común hace 20 años, al ser utilizada por los deportistas de alto rendimiento para mejorar su estado físico. Con el paso del tiempo, su uso ha ido variando, a tal grado que en la actualidad las bebidas energéticas son consumidas en las fiestas y reuniones al ser mezcladas con alcohol, con el propósito de retardar el cansancio.

La gente cree que el problema de estas bebidas es la taurina, pero en realidad la cafeína es el “meollo” del asunto. Este es el ingrediente que produce todos los problemas cardiovasculares. La taurina es un aminoácido que tenemos en el cuerpo y que regula todos los potenciales eletrolíticos del cuerpo.

El abuso en el consumo de estos líquidos y mas si no se hace ejercicio, dañan la salud a largo plazo. ¡¡El contenido de cafeína en una bebida energética equivale a 14 latas de un refresco de cola!!

Son varias las consecuencias que pueden afectar a tu salud si consumes Red Bull, Monster, Burn o Rockstar entre otras, además de alterar el sistema nervioso, lo cual genera dolores de cabeza, insomnio, náuseas, incluso actúa como laxante, sus altas dosis de cafeína provocan una sobredosis que puede derivarse en taquicardias en las que el corazón aumenta su ritmo cardiaco, lo que en algunos casos podría hasta causar algún colapso. Existen varios casos de jóvenes ingresados en el hospital por estas razones.

Cuando se consumen este tipo de bebidas la persona puede presentar cuadros de ansiedad y desesperación que podrían tardar hasta tres horas en desaparecer. Por el contrario a lo que algunos piensan, estas bebidas no son rehidratantes, quien las toma y peor si las combina con alcohol, podría presentar un cuadro severo de deshidratación que en casos muy extremos podría llevar hasta la muerte. Se puede sufrir ardor en el estómago, además de experimentar molestias al ingerir otros alimentos. Estas bebidas aumentan la adrenalina, por lo que la respuesta natural del cuerpo es tratar de disminuir la frecuencia cardiaca, llega poca irrigación al cerebro, por lo tanto, al hacer un “choque” entre adrenalina y el intento por normalizarse, se provoca la pérdida de conciencia. También provocan vasoconstricción, una irregularidad en los vasos sanguíneos que induce a que se contraigan. Para las personas hipertensas representa un peligro, además, contienen Ginseng, lo que causa problemas en la presión arterial, generando una crisis que podría derivarse en embolias, derrames e infartos, entre otras complicaciones. Cuando hay una vasoconstricción severa, órganos como los riñones, ven disminuida la cantidad de sangre que llega hasta ellos, lo que a largo plazo provoca que haya un daño renal intenso. La ingesta de la cafeína en grandes cantidades, así como también de taurina, provoca algunas afectaciones en el cerebro, lo que podría impedir la correcta comunicación entre las neuronas. Y por último y no menos importante, puede provocar trastornos del comportamiento y del humor: conducta agresiva, violencia, irritabilidad, alucinaciones…

Las bebidas energéticas pueden llegar a ser adictivas pues se suelen consumir también mucho entre estudiantes y gente que trabaja por las noches, llegando a creer que si no toman estas bebidas no rinden igual, produciéndose en su cerebro un síntoma de abstinencia.

Si además se combina su consumo con el alcohol, es otro de los riesgos de estos refrescos. Según la EFSA, el 70% de los jóvenes de entre 18 y 29 años toma ese tipo de mezclas, que aumentan el peligro de consumir bebidas espirituosas al enmascarar sus efectos y dar una falsa sensación de resistencia al alcohol.

Otro gran problema es el tipo de publicidad de estas bebidas, dirigido a jóvenes y adolescentes, el cual suele estar muy vinculado al rendimiento deportivo de máximo nivel. “En Europa, un estudio observó que el 41% de los adolescentes consumían bebidas energéticas para realizar ejercicio” y añaden que “el exceso de cafeína combinado con una actividad física intensa puede ser peligroso”. Por ese motivo, se plantea que se reconsidere la asociación entre las bebidas energéticas y el rendimiento deportivo tan habitual en su publicidad.

En otros países de Europa como Dinamarca, Noruega, Islandia o Francia, la preocupación por los riesgos de consumir demasiada cafeína provocó la prohibición de las bebidas energéticas.

Qué tiene que pasar en este país para que actuemos con tal consciencia? Es necesario que ingresen a miles de jovenes por el abuso de estas bebidas y por mezclarlo con alcohol? Hasta donde debemos llegar para ser conscientes del peligro que conlleva su consumo?

 

Génesis Gutiérrez