En general, los propósitos del año nuevo no contemplan el bienestar emocional como un objetivo a cumplir, siempre nos centramos en mejorar nuestra calidad de vida, sin darnos cuenta que es imprescindible para cumplir todos nuestros propósitos, tener un buen control emocional.
Algunas deficiencias emocionales como puede ser la falta de autoestima, una arraigada sensación de culpabilidad, el sentimiento constante de tristeza que puede terminar en la aparición de una depresión, la incapacidad de hacer frente a la soledad, la tendencia a establecer relaciones insanas y enfermizas, entre otros, no son temas que encabecen nuestra lista para el nuevo año.
Las metas que normalmente la gente se marca están más relacionadas con los hábitos alimenticios o el deporte. No obstante y a pesar de sus buenas intenciones, la mayoría no se cumplirán. El segundo tipo de propósitos son aquellos que tienen que ver con el ocio o tareas a las que se les quiere dedicar más tiempo. Por ejemplo, leer, viajar más, trabajar menos… o algunas actividades tediosas como limpiar el garaje, arreglar los armarios, etc.
Tener objetivos en la vida es indispensable pero también hay momentos de descanso, periodos de transición que tienen que respetarse ya que son necesarios.
Los objetivos emocionales pueden ser muchos, como mejorar el nivel de autoestima, tener más control ante un enfado, aumentar el grado de empatía en las relaciones sociales, tener más amigos, pasar más tiempo con la familia, poder soportar la adversidad con fortaleza, expresar mejor el afecto, dar prioridad al ámbito personal por encima del trabajo… Los objetivos emocionales son aquellos que en la medida que los cumples te hacen sentir mejor contigo mismo.
Para descubrir cuáles son tus metas, tienes que mirar dentro de ti, buscar un espacio para el silencio y la calma. La escritura también es una herramienta de introspección muy eficaz, puedes escribir en un papel aquellas cosas que son importantes para ti.
Por otra parte, una vez has cumplido un objetivo que para ti es importante, tienes que celebrarlo, sentirte feliz y premiarte para valorar de verdad aquello que has conseguido. Los objetivos emocionales son invisibles, sin embargo, verdaderamente se sienten.
Este nuevo año disfruta de cada momento, aprende a dar más las gracias, a valorar los instantes y las pequeñas cosas. Aprende a disfrutar de las cosas efímeras, como un atardecer, un momento de relax, una buena cena, una ducha caliente, lo que prefieras, pero dedícale toda tu atención y valóralo como si fuese la última vez.
Hazte un regalo a los sentidos cada día. Un perfume, un postre, tu canción favorita, despertarte pronto para ver amanecer…
Y además intenta tener siempre una nueva ilusión, algo que te llene de ganas por la vida!!
Génesis Gutiérrez