El aceite de Oliva, elixir de salud para nuestro corazón, combustible que iluminó los hogares antes de la invención de la electricidad. Remedio maravilloso belleza, tanto para la piel como el cabello. El aceite de oliva ha sido desde la antigüedad uno de los bienes más preciados de la cultura mediterránea, el oro líquido lo llamaban.
En el antiguo Egipto, su mitología cuenta que Isis, transmitió a su pueblo el secreto de la elaboración del aceite de oliva. En Egipto, no solo se usaba el aceite como combustible, para la alimentación y con usos cosméticos, sino que también se embalsamaban a las momias, mezclando el aceite de oliva con aceites esenciales. Tan importante era en la cultura egipcia, que muchos faraones como Tucankamon, fueron enterrados con una corona de hojas de olivo en la cabeza.
Para el pueblo judío el aceite era sagrado, con él se ungía a los judíos como símbolo del pueblo elegido por Dios. Posteriormente, los cristianos heredaron esta tradición. Además, el Olivo aparece también en la biblia, Adán fue enterrado con las semillas de tres árboles, un olivo, un cedro y un ciprés, el olivo es pues uno de los árboles sagrados en la cultura cristiana pues su oleo representa el espíritu de Dios.
También para los árabes el aceite de oliva es muy querido, el Corán lo cita: “Dios es la luz de los cielos y la tierra. Su luz es como la de un candil en una hornacina….Se enciende gracias al árbol bendito del olivo, el árbol que no es oriental ni occidental, cuyo aceite alumbra casi sin tocar el fuego: es luz de la Luz”.
Aceite de Oliva como fuente de salud:
El aceite de oliva como estudiamos en nuestrso cursos de dietética y naturopatía, contiene grandes cantidades de grasas monoinsaturadas y ácido oleico. La toma regular de aceite de oliva de presión en frío aumenta el HDL, el conocido como colesterol bueno, lo cual ayuda a mantener las arterias elásticas y evita que el colesterol LDL se adhiera a las paredes arteriales formando trombos, protegiendo así nuestras arterias. Además es capaz de “arrastar”, ayuda a eliminar los excesos de colesterol LDL, el conocido como malo. Ayuda también a bajar la hipertensión, la toma regular de aceite, junto con una dieta sana y la realización de ejercicio moderado, ayudan a evitar que la tensión suba. Esto, lo convierte en uno de los mejores protectores de nuestro corazón, ya que mantiene las arterias jóvenes y elásticas, evitando la arterioesclerosis y con ella la hipertensión, ambos, desencadenantes de las anginas de pecho y otras patologías del corazón.
Además el aceite de oliva es rico en antioxidantes y en vitamina E, lo cual ayuda a combatir la acción de los radicales libres, que incide sobre nuestras células y las destruye prematuramente, por esto decimos que el aceite de oliva ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro.
El aceite de oliva posee propiedades antiinflamatorias, contiene oleocantal, un principio activo antiinflamatorio que ayuda a aliviar y prevenir dolores musculares y articulares, por este motivo, especialmente en aquellas personas que sufren de dolores crónicos, como la fibromialgia, la artritis o el reuma, es muy recomendable la ingesta regular de aceite de oliva de presión en frío.
Las grasas monoinsaturadas del aceite de oliva son un alimento indispensable para nuestras neuronas y nuestro sistema hormonal, para un correcto equilibrio emocional es muy importante que nuestras neuronas y nuestras hormonas estén bien alimentadas y para ello es indispensable un correcto aporte de grasas insaturadas. Por ello, en épocas de estudio, estrés o en momentos de desequilibrios emocionales es importante asegurarnos de consumir diariamente nuestro valioso aceite so oliva.
La dieta mediterránea, baja en grasa saturadas y rica en aceite de oliva (grasas monoinsaturadas) es el mejor tratamiento preventivo para las enfermedades metabólicas como el colesterol alto, la hipertriglicemoia y la diabetes tipo 2, todas estas patologías se previenen fácilmente con una dieta saludable, y entre ellas una de las mejores es la dieta mediterránea con su aceite estrella.
El aceite de oliva en cosmética:
El aceite de oliva es uno de los mejores alimentos para nuestra piel, en caso de pieles secas, deshidratadas, podemos aplicar una fina capa de aceite de oliva como “crema de noche”, alimentará nuestra piel y la volverá suave y fina. Además, el aceite de oliva permite elaborar ungüentos muy fácilmente, podemos calentar muy suavemente el aceite (solo unos grados) y añadirle cera de abeja (para que al enfriarse se vuelva sólido), lo apartamos del fuego y antes de que solidifique añadimos unas gotas de aceite esencial de Niaulí (para casos de acné), Jara o palo de Ho (para aportar tersura y suavidad a la piel). Así podemos elaborar nuestra propia cosmética natural.
Para el cabello es también un potente aliado, nutre las puntas secas y estropeadas y aporta a nuestro cabello cuerpo y fuerza. Podemos aplicar semanalmente una mascarilla de aceite de oliva con un huevo batido, pringamos bien todo el pelo, cubrimos la cabeza con papel film y dejamos actuar media hora, después lavamos la cabeza con un champú suave, y veremos como semanalmente tenemos un cabello más bonito. En casos de puntas muy secas, podemos aplicar todas las mañanas una fina capa de aceite de oliva sobre las puntas, veremos los buenos resultados en pocos días.
Para el cuerpo, después de la ducha podemos usar el aceite de oliva como body milk. Antes de secarnos, aplicamos una fina capa de aceite sobre todo el cuerpo, nos cubrimos con un albornoz y dejamos que el aceite penetre en la piel, al penetrar. El aceite mantendrá el agua, mejorando tanto la hidratación como la nutrición de nuestra piel. En pocas semanas tendremos una piel muy luminosa y suave.
El aceite de Oliva como depurativo hepático:
Unos de los remedios clásicos de la naturopatía es la toma de un par de cucharadas soperas de aceite en ayunas. El aceite es colerético, cuando tomamos aceite, la vesícula biliar empieza a contraerse para expulsar la bilis que almacena en su interior que será quien deberá hacer la mayor parte de la digestión de las grasas (también del aceite). Si tomamos grasas en dosis pequeñas solo se excretan dosis pequeñas de bilis (las necesarias para hacer la digestión de las grasa) pero cuando tomamos una cantidad importante (dos o tres cucharadas soperas) la vesícula debe excretar grandes cantidades de bilis. Esto hace que por una parte la vesícula se vacíe casi completamente, ayudando así a limpiar los posos (bilis más densa) que suelen formarse en la vesícula y que si no se eliminan (junto con residuos de oxocalato) pueden acabar formando piedras en la vesícula. Por otro lado, al vaciar la vesícula, esta ejerce un efecto de “succión” sobre los canales hepáticos que transportan la bilis hasta la vesícula. La bilis es una sustancia densa, y si en nuestra alimentación entran demasiadas grasas saturadas, ésta, se vuelve más densa todavía, lo cual fácilmente ocasiona que muchos de los canalillos hepáticos estén embozados. El efecto de succión que ejerce la vesícula sobre los canales al estar vacía, ayuda a desatascarlos, con lo cual la toma de aceite crudo en ayunas se convierte en uno de los mejores aliados para el hígado. Por este motivo tomar regularmente un “chupito” de aceite en ayunas ayuda a prevenir la formación de piedras en la vesícula y mejora la salud de nuestro hígado.
Además, la bilis es el medio por donde nuestro hígado elimina los tóxicos de la sangre, los alimentos, medicamentos, alcohol, etc. Al hígado llegan los nutrientes absorbidos por el intestino, y antes de volver a la sangre pasan el filtro del hígado, quien eliminará toda sustancia tóxica y la sacará por la bilis, también le llegan al hígado tóxicos derivados del alcohol, algunos fármacos y químicos que pueden entrar por la alimentación pero también por inhalación y por la piel, y también los depurará igual que también filtra y depura constantemente toda nuestra sangre. Pues bien, todos estos tóxicos los elimina el hígado por la bilis, así, pues, la toma del aceite en ayunas que ayuda a eliminar la bilis almacenada en la vesícula, estimulará la eliminación de las toxinas hepáticas.
Además, la bilis no es absorbida en el intestino por la sangre (solo la usamos para digerir las grasas pero como lleva residuos tóxicos, el cuerpo no la asimila, la excreta a través de la heces), por tanto, formará un paquete fecal más abultado, pero muy blando y maleable, lo cual ayuda a tratar el estreñimiento, mantiene el colón limpio y es especialmente útil en caso de hemorroide o fisuras anales, para que no duela la defecación.
Si la toma de aceite en ayunas se nota desagradable, se puede tomar acompañada de zumo de pomelo, no de limón. El limón es un ácido y los ácidos inhiben las contracciones de la vesícula, tomado con el aceite el sabor predominante será el del limón, con lo cual anularemos el efecto colerético del aceite. Es mucho mejor tomarlo con el pomelo, que es un amargo y toda sustancia amarga es un buen aliado de la vesícula y el hígado (por este motivo todas las infusiones hepáticas están amargas). Todo lo amargo es también colerético, con lo cual la unión del aceite con el pomelo es una muy potente sinergia.
Podríamos seguir numerando las maravillas de este aceite, como combustible, para nutrir y limpiar los muebles de madera y un largo etc… tal vez el aceite de oliva sea meritorio de un libro entero y no solo de un post de blog. Esperamos que este humilde resumen de las múltiples propiedades del aceite os resulte muy útil.
Rosana Ferre