Como no podía ser de otra manera, de nuevo los orientales nos toman la delantera: una nueva terapia…aunque tal vez sea la terapia más antigua del mundo: el Shinrin-yoku, es decir dar paseos tranquilos de dos o más horas por los bosques y riachuelos.
¿Nos sorprende? Lo que siempre fue natural al ser humano, ahora hemos de llamarlo terapia y han de salir un buen número de expertos hablando de sus virtudes y beneficios para que le demos importancia y lo incorporemos a nuestro día a día.
Hoy en día vivimos encerrados en nuestras jaulas de cristal, la ciudad, sus ruidos y su estrés, y estamos tan inmersos en esta realidad que olvidamos los placeres de andar por la orilla del mar o salir de excursión a respirar aire puro. Es por ello, que podemos pasar muchos meses con cero contacto con la naturaleza. Ahora, en este momento, empiezan a salir expertos que nos informan de la importancia de que el ser humano recobre el contacto con la naturaleza: relaja el sistema nervioso, desestresa, mejora la oxigenación de los tejidos, mejora la irrigación al cerebro, aumenta las endorfinas, equilibra nuestro sistema hormonal,…
Ha de salir un experto en medicina que nos diga que tal o cual experimento ha demostrado que la gente que sale habitualmente al campo tiene menos tendencia a la depresión y la ansiedad y se manifiestan más felices que el groso de población que no lo hace. ¿Nos hacen falta experimentos para saber esto? ¿Nos hacen falta los testimonios de los expertos?? Recuperemos nuestro instinto, hagámonos caso a nosotros mismos ¿qué opinamos?? Es importante recuperar el contacto con la naturaleza?? Si tu respuesta es Sí, ¿por qué no lo hacemos? Empezamos a hacerlo solo cuando nos lo prescribe un médico o un experto, ¿por qué no cuando lo sentimos nosotros? Yo os lo diré: no confiamos en nosotros mismos, nuestra opinión no es suficiente. ¡Qué lástima!! Nos hemos olvidado de escucharnos a nosotros mismos, a las necesidades de nuestro cuerpo, este es el origen de la mayoría de las enfermedades que sufrimos hoy en día, si volviéramos a escucharnos a nosotros mismos, y a las necesidades de nuestro cuerpo y nuestra mente, podríamos prevenir y evitar muchas de las dolencias que hoy en día sufrimos.
Shinrin-yoku, la medicina del bosque. Un paseo tranquilo por el bosque, disfrutando de las vistas, los aromas, los suaves sonidos del bosque es terapéutico para la salud. Aporta relax, bienestar, los aromas del bosque están plagados de aceites esenciales que tiene propiedades inmunoestimulantes, antisépticas y relajantes, la vista al mirar a horizontes abiertos aporta a nuestro cerebro una agradable sensación de calma y paz y el oído que por fin descansa del constante estrés del ruido ambiental, consigue aportar serenidad.
Hoy en día sabemos que el origen de la mayoría de nuestras enfermedades es nuestro propio sistema nervioso. Pues, el mejor tratamiento para el sistema nervioso no es tomar medidas cuando ya estamos con ansiedad, taquicardias o depresión, sino tomar medidas que equilibren el factor estresante de nuestras vidas, que nos aporten relax y serenidad. El shinrin-soku nos aporta relax, serenidad y buen humor.
El shinrin-yoku, no solo tiene el efecto que más o menos todos conocemos sobre nuestro sistema nervioso sino que es muy importante también para nuestro sistema inmunitario, sabemos que el sistema inmune y nuestro estado de ánimo están estrechamente relacionados, pero además, la abundancia de aceites esenciales que respiramos mientras paseamos por el bosque tienen un gran poder inunoestimulante. Los aceites esenciales tienen la cualidad de estimular nuestro sistema inmune y ponernos más fuertes. No iban nada desencaminados nuestros antepasados cuando para el tratamiento de afecciones respiratorias construían hospitales en plena montaña alejados de las ciudades. Respirar aire puro es sin duda indispensable para la salud de nuestros bronquios y pulmones y además para fortalecer nuestro sistema inmune.
Qué diremos del increíble beneficio sobre nuestro corazón y sistema cardiovascular, si simplemente el mejor tratamientos para mejorar varices, edemas en piernas y fortificar nuestro corazón y nuestras arteria es andar, si además de andar lo hacemos por un entorno tan beneficioso como la naturaleza.
Y para la piel, la asimilación de la vitamina D, para la oxigenación de todos nuestros tejidos, para el sistema endocrino, para nuestros huesos y articulaciones, para fortalecer y destensar nuestros músculos, para mejorar nuestras digestiones e incluso en muchos casos el tránsito intestinal, y un larguísimo etcétera que podría llenar páginas y más páginas.
Además, al pasear relajadamente por el campo, empieza a trabajar menos la parte racional y consciente de nuestro cerebro, la que se ocupa de las obligaciones diarias y el cerebro activa su parte más creativa e imaginativa, por lo cual, muchos ejecutivos que necesitan aportar ideas nuevas a sus trabajos, muchos escritores que buscan la inspiración, muchos artesanos y artistas encuentran la inspiración en este tiempo de sereno y relajado paseo por entre el bosque, en la que la parte del cerebro que siempre desgastamos se aquieta y deja espacio a la parte más creativa de nuestro cerebro que normalmente con las prisas del día a día no la escuchamos nunca, ni le damos tiempo para que pueda expresarse.
El simple hecho de pasear por el bosque calma y sosiega la mente.
Hoy en día la gente enfermamos por falta de naturaleza porque nos hemos olvidado de lo más importante: disfrutar de las cosas sencillas de la vida.
Así pues aprovechemos estas vacaciones para aplicar a nuestras familias y a nosotros mismos la mejor de las terapias: disfrutar del aire libre y la naturaleza.
Felices vacaciones!!!!
Rosana Ferre