Seleccionar página

crisálida de sedaPara hablar de la crisálida de seda  tenemos que remontarnos a  tiempos inmemorables, donde en las rutas de la seda, grandes comerciantes cruzaron medio mundo, desde occidente hasta la lejana china para conseguir la preciada seda. ¿Quién nos iba a decir que esta maravillosa tela solo sería uno de los grandes e increíbles productos que podemos obtener del gusano de seda.

Los gusanos de seda han cautivado desde siempre a la humanidad por la increíble metamorfosis en la que el gusano de seda se convierte en mariposa. Hace más de 4000 años que el gusano de seda es criado en oriente, con fines textiles, del capullo se extrae la seda por la que tantos comerciantes cruzaron medio mundo para conseguir las finas telas que con este hilo se fabrican. Cuenta la leyenda que la emperatriz XI Ling-Shi descubrió la seda cuando un día que tomaba el té, cayó un capullo de seda en su bebida, con el calor del té el capullo se deshilachó y la emperatriz lo utilizó para tejer, maravillándose del resultado obtenido. Este descubrimiento de la seda fue guardado en secreto por los chinos durante centurias, hasta que finalmente, en el año 300 d.c. se introdujo en occidente.

Pero la seda no era el único tesoro que el gusano de seda guardaba. Los chinos fueron los primeros en descubrir que el gusano de seda poseía otra grandísima virtud, posee un aceite de gran poder regenerador: el aceite que conocemos como la crisálida de seda, conocido también como la panacea eudérmica, es decir el remedio para todo problema de la piel.

En la antiquísima medicina china, ya se empleaba el aceite del gusano de seda para tratar las patologías de la piel. En Europa, estas maravillosas cualidades no se descubrirán hasta mucho más tarde. En el siglo XX, en Córcega, donde un médico se dio cuenta de que en una fábrica de telas de seda, las trabajadoras tenían las manos extremadamente “sedosas” y además toda herida sanaba muy rápidamente. Este médico empezó a estudiar el gusano de seda, y descubrió que la cría del gusano de seda posee un aceite con alto contenido en polifenoles, en concreto el reservatrol, un polifenol, con potentes propiedades antioxidantes y regeneradoras, además, el aceite de la crisálida es muy rico en proteínas, vitaminas, aminoácidos y ácidos grasos omega 3 y omega 6.

Propiedades de la crisálida de seda

Su aceite destaca por sus propiedades reepitelizantes, acelera el crecimiento y la renovación de las células de la piel, convirtiéndose así en un coadyuvante poderosísimo para todas las patologías de la piel como la rosácea, los eccemas, la dermatitis, la psoriasis, etc…

Este aceite es muy conocido y utilizado también en cosmética, ya que aporta tersura y suavidad a la piel, además de retrasar la aparición de las manchas y las arrugas que envejecen nuestra piel.

El aceite de la crisálida de seda ha sido considerado como uno de los secretos de la eterna juventud.

Rosana Ferre