Una vez que la gripe ya ha empezado a mostrar sus primeros síntomas, resulta inútil tomar cualquier tipo de antibiótico, ya que éstos no ejercen ningún efecto sobre los virus. Si bien, se puede optar por tomar algún medicamento capaz de aliviar los molestos síntomas de la gripe como anticongestivos nasales, analgésicos para el dolor o antipiréticos para bajar la fiebre.
Conviene tener en cuenta que una vez que la gripe se ha contraído, la alimentación sigue jugando un papel importante. Los líquidos tienen una función esencial, ya que en caso de fiebre, evitan la deshidratación y la sequedad de las mucosas además de ayudar a eliminar toxinas presentes en el organismo. Una opción es la de tomar infusiones de plantas como el eucalipto, la echinácea o la verbena, ya que de este modo además de aportar líquidos al organismo, se consigue aprovechar todas las propiedades beneficiosas que estas plantas ejercen sobre las vías respiratorias.
Cuando se padece una gripe, resulta muy útil preparar alimentos variados y fáciles de digerir, que no sean muy grasos y que estén cocinados mediante técnicas suaves como el hervido, la plancha o el horno para intentar paliar la falta de apetito que suele aparecer al sufrir un proceso gripal.
¿Cómo se contagia la gripe?
La gripe se contagia por las propias personas enfermas mediante las gotitas originadas al hablar, toser o estornudar. Aunque con menos frecuencia, también puede transmitirse por contacto directo, por ejemplo, tocando la mano de un enfermo y luego la nariz o boca de la persona sana. Los enfermos pueden transmitir la gripe desde un día antes de la aparición de los síntomas hasta unos 3 a 7 días después de enfermar. Los niños pueden transmitirla durante más de 7 días tras el comienzo de los síntomas. Aunque algunas personas infectadas no desarrollan la gripe, sí pueden transmitirla.
Remedios naturales
Como estudiamos en nuestro curso de Fitoterapia existen varios remedios que nos ayudarán a sentirnos mucho mejor.
Un clásico es la miel y el limón. Tomaremos una cucharadita de miel con el jugo de medio limón, o bien podemos mezclarlos con una infusión caliente. Tomar líquidos calientes alivia los síntomas y hace que tu nariz se descongestione. El limón aporta vitamina C y la miel es un antibiótico natural, que además calma las irritaciones de garganta.
Para cuando sentimos la nariz completamente tapada, la mejor solución es el vapor. En una olla coloca agua, eucalipto y deja que hierva. Apaga el fuego, colócate una toalla en la cabeza y con cuidado acércate a la olla y respira sus vapores.
También podemos utilizar el Jengibre, puesto que es un antiinflamatorio que ayuda a combatir enfermedades respiratorias, favorece la expectoración y es uno de los mejores antibióticos naturales que existen. Debemos tomarlo en infusión, hierve agua en un cazo y añade eljengibre fresco, después de varios minutos hirviendo tómalo con una cucharada de miel. Se necesitan varias tomas al día para notar los resultados.
Es muy importante no deshidratarnos. No sólo debemos tomar líquidos calientes, también hay que combinarlos con zumos naturales y mucha agua.
Recuerda que para aliviar el resfriado, es muy importante que descanses de forma adecuada. Aprovecha y no salgas de la cama. Un buen descanso ayuda a que tu sistema inmune actúe mejor y se acelere el proceso de recuperación.
Génesis Gutiérrez