Las lagunas en el iris, según se estudia en los cursos de iridología, se pueden dividir en cerradas y abiertas.
La laguna abierta como su nombre indica, está abierta por un extremo, esto indica que el
problema no está resuelto totalmente. La patología puede extenderse a otros órganos, una dolencia que aún no se ha producido o que está en proceso de manifestarse. También es posible influir más en su desarrollo. Son signos de peor pronóstico.
La laguna cerrada en el iris está delimitada por un reborde en todo su contorno que forma una estructura redonda u oval. Indica debilidad o problemas en una zona, ya sea por recargo de substancias extrañas (toxinas) o bien por mala irrigación circulatoria o como secuela de una infección reprimida.
Tiene pocas probabilidades de extenderse hacia los órganos adyacentes.
Estas son signos de mejor pronóstico que las abiertas, aunque siempre hay que comprobar otros signos asociados a ellas para comprender el conjunto.
Hay que observar bien las lagunas, mirar si están oscuras o no, la amplitud, el numero y la forma y si están encima de algún órgano vital.
En los cursos de iridología estudiamos los diferentes tipos de lagunas que existen. Entre ellos cabe destacar:
– Lagunas gemelas: son lagunas que están estrechamente unidas, tienen mal pronóstico.
– Laguna doble cortada por el centro: tiene el aspecto de una huella de zapato. Puede indicar disfunciones.
– Laguna abierta en forma de medusa: puede indicar un proceso destructivo.
– Lagunas en efecto margarita: numerosas lagunas cubren gran parte del estroma, apareciendo generalmente en forma de lagunas gigantes, esto puede indicar trastornos en el sistema endocrino.