Definimos las alergias como la reacción exagerada de nuestro sistema inmune ante un agente que en principio no es nocivo para nosotros. Cuando somos atacados por un virus o un agente patógeno, nuestro cuerpo reacciona defendiéndose, con mucosidad, estornudos, picores y demás reacciones destinadas a combatir y eliminar el agente tóxico de nuestro cuerpo. En las alergias, no obstante ocurre esta misma reacción ante agentes que en principio no son tóxicos para nuestro organismo: el polen, las flores, los animales, el polvo, etc. Es más, actualmente están apareciendo constantemente alergias nuevas como al agua fría, a la leche materna… alergias cada vez más extrañas que además aparecen repentinamente y que con el tiempo, muchas de ellas, también de manera repentina desaparecen.
¿Qué está ocurriendo? ¿Qué son en realidad las alergias?
Para poder entender mejor las alergias es necesario encontrar el momento en que se desencadenaron: en un momento dado nuestro organismo o nosotros mismos nos sentimos amenazados, ocurre algo que nos hace sentirnos mal, nerviosos o incluso que puede peligrar nuestra integridad física, en ese momento hay lo que llamamos un “impacto emocional”. En el momento del impacto emocional, nuestro cuerpo activa todas sus defensas, nuestro sistema nervioso se pone en alerta, se tensan nuestros músculos, se dilatan nuestras pupilas, nuestro corazón se acelera… A nivel endocrino, nuestras suprarrenales empiezan a segregar grandes cantidades de adrenalina… Y nuestro sistema inmune empieza a multiplicar linfocitos, a liberar histamina y a preparar la respuesta inmune a cualquier agresión que nos ataque. La cuestión es que el agresor no es un agente patógeno, pero nuestro cuerpo se siente atacado, entonces nuestras defensas identifican cualquier cosa que en esos momentos estemos sintiendo como peligrosa. Si estamos en el campo y estamos oliendo el aroma de las flores, si nuestro animal de compañía está cerca de nosotros, si estamos comiendo alguna cosa, si sentimos frío o calor,…. Cualquier cosa que en esos momentos estemos sintiendo será grabada por nuestro sistema inmune como peligrosa y a partir de ese momento se desencadena nuestra respuesta alérgica.
Louise L. Hay, dice en sus libros cuando tengas alergia pregúntate ¿a qué o a quién tienes alergia? Efectivamente, la practica diaria con nuestros pacientes cada vez nos da más ejemplos de que las alergias funcionan así: si por ejemplo yo odio ir a una casita en el campo (porque no me siento bien con la compañía pero siento que debo ir porque es mi obligación) acabaré creando una alergia justo a las plantas que abunden en esa casita: me siento mal allí, y mi cuerpo asocia ese sentimiento con el aroma de las plantas que existen allí. Si estoy en el mar con un agua muy fría y paso miedo porque una gran ola casi me ahoga, a partir de entonces puede que en mi mente se grabe la información de que el agua fría es peligrosa y mis defensas me defiendan de ella con picores e irritaciones dérmicas: una alergia.
Lo ejemplos son innumerables, de modo general hablaremos del simbolismo de alguno de ellos:
– Alergia al polen: el polen simboliza el amor, la reproducción, puede que haya historias de desamor asociadas a la reacción alérgica, o en niños menores de 7 años que estén somatizando los problemas de pareja de sus padres. Las flores simbolizan también la belleza, el color de la naturaleza, negarnos a ellas implica que por algún motivo nos negamos lo bello a nosotros mismos, por algún sentimiento de culpa no nos sentimos merecedores de que nos regalen flores o de poder disfrutar de la belleza de la naturaleza.
– Alergia al gluten: el trigo es nuestro alimento, el pan, uno de los alimentos básicos, puede que el conflicto esté en la familia de origen, nuestros padres, puede que no nos sintiéramos merecedores del pan, del sustento, marca un conflicto de disociación con nuestros padres, por algún motivo nos sentimos rechazados o no merecedores.
– Alergia a los animales: normalmente los animales domésticos son símbolo de cariño y afecto, despertar repentinamente con una alergia a nuestros animales de compañía cuando los queremos mucho, normalmente tiene que ver con el sentimiento de que el amor es peligroso, que nos puede hacer daño, normalmente habrá alguna traición o ruptura amorosa dolorosa en la que entendimos que el amor puede dolor, que el amor es un peligro del que es mejor defenderse.
Así, como vemos, las alergias pueden tener diversos significados para cada uno de los pacientes alérgicos, podemos calmar los síntomas de la alergia, pero solo si llegamos al momento en que en que tomaos al alérgeno como peligroso para nosotros, podremos realmente entender cómo liberarnos de la alergia.
Con amor a todos los alérgicos para que aprovechen esta oportunidad para aprender más sobre ellos mismos. Aprende en los cursos de Naturopatía más sobre las alergias.