“Nuestro cuerpo es nuestro templo, cuídalo como se merece” y lo puedes hacer desde los cursos de terapias alternativas.
Imagina que nuestro cuerpo fuera una gran ciudad, nuestras células las casas donde habitamos, el líquido intercelular las calles y nuestra circulación sanguínea las carreteras por donde llegan los víveres y el agua que necesitamos para abastecernos y por donde también se llevan las basuras y residuos que producimos. Imagina que todo funciona perfectamente, al panadero le llega puntualmente su harina de máxima calidad, a la frutería llega puntualmente la fruta y la verdura frescas, a cada fábrica también llega puntualmente su materia prima, el aire de nuestras calles es limpio, oxigenado y las calles están limpias y despejadas,…… En estas circunstancias, el panadero puede fabricar su pan, en cada hogar se disfruta de alimentos de calidad, la gente está sana y puede disfrutar de una vida de calidad.
Ahora imagina que en nuestra ciudad las carreteras sufren atascos de circulación (colesterol y triglicéridos elevados), que las calles están sucias, llenas de cubos de basura rebosantes, con la basura acumulada por las esquinas (excesos alimentarios, exceso de proteínas, ácido úrico, factor reumático, exceso de aminas, de químicos, de conservantes, etc…) y además imagina que los trabajadores del sector de limpieza se declaran en huelga (retención de líquidos, mala circulación de retorno, estancamiento, sedentarismo….)…. ¿Qué pasaría en este caso en nuestra ciudad? Que al panadero le llegaría la harina, tarde, mal, y de baja calidad, el pan, la fruta y las verduras que llegarían a nuestra casa llegarían tarde y llenas de residuos, el agua no seria fresca, nuestra alimentación seria escasa en nutrientes, excesiva en residuos, el agua que beberíamos, no sería fresca, el aire contaminado, ¿cómo sería nuestra salud? Pobre¿ y nuestro estado de ánimo? Pésimo. Y ¿si cada uno de los habitantes, trabaja mal y tarde y las basuras se acumulan, la ciudad cómo estará? En decadencia.
Exactamente así están muchas veces nuestros cuerpos, las células no pueden trabajar porque no les llegan las materias primar correctas ni en cantidades suficientes y en cambio les llegan muchas basuras y toxinas, nuestro hígado no da abasto depurando toxinas, y a nuestro riñón no le da tiempo a expulsar tanto residuo. ¿Qué hace entonces nuestro organismo? Depositar todos esos residuos y toxinas en nuestro tejido conjuntivo y en nuestro líquido intercelular (las calles de nuestra ciudad) impidiendo el correcto trabajo y funcionamiento de todas nuestras células y por tanto de todo nuestro organismo. Y entonces nos sentimos: cansados, faltos de ánimo, embotados, las circunstancias nos sobrepasan, todo parece un gran esfuerzo, todo nos supera, los pensamientos son más lentos, nos cuesta más memorizar y aprender,…. A esto muchas veces se le llama vejez, pero no es vejez es falta de una buena limpieza y una buena depuración.
Desde los cursos de terapias alternativas, la naturopatía, la dietética, la fitoterapia, etc… incidimos mucho en la importancia de la depuración de nuestro organismo. Un organismo limpio y depurado es aquel en el que conseguimos eliminar todos esos residuos que se van depositan en nuestros líquidos corporales y en nuestro tejido conjuntivo: La mala alimentación, la vida sedentaria, el estrés y el nerviosismo dejan residuos que acidifican y embrutecen nuestros tejidos impidiendo el correcto funcionamiento de todas las células y por tanto todos los órganos de nuestro cuerpo.