Las golosinas o chucherías que consumen casi a diario los niños, y los no tan niños, son un amasijo de aditivos, saborizantes, colorantes y espesantes que atentan contra la salud y ponen en peligro el correcto desarrollo físico y emocional.
Sus atractivos colores y formas seducen tanto a niños como adultos, es difícil resistirse a tal variedad de sabores pero lo que muchos no saben es que estos dulcen aportan muy pocos nutrientes y muchas calorías.
Pese a que la mayoría sabemos que su excesivo consumo es dañino para nuestro organismo, hacemos caso omiso y seguimos comiéndolas e incluso animando a los niños a que también lo hagan. Al viejo problema del azúcar le añadimos que las «chuches» contienen más de 17 tipos de colorantes sintéticos y aceites hidrogenados que las hacen elásticas y, aún así comestibles. Algunos de los colorantes identificados en las golosinas que se venden en los mercados convencionales son el E-102 (que dan color amarillo-naranja), E-110 (naranja), E-122 (rojo) y E-129 (rojo oscuro), causante de alergia y procesos asmáticos de origen alergénico. Otros colorantes sintéticos, altamente peligrosos, son el E-133 (azul brillante) que se ha demostrado residual y se acumula en riñones y vasos linfáticos, y el E-131 (azul), que produce urticaria en algunos niños. Además de estos colorantes también están compuestos de cera de abeja, laca, goma y otros muchos productos no comestibles.
Cuando consumimos azúcar el sistema inmunológico se debilita durante 6 horas, lo que nos hace más vulnerables a los gérmenes, virus y bacterias nocivas. Por otro lado, el azúcar reduce las ganas de comer alimentos nutritivos como las verduras, lo que puede resultar en carencias nutricionales. El alto consumo de azúcar es el principal culpable de la mayoría de las enfermedades crónicas que azotan nuestra sociedad: Diabetes, hipertensión, arterioesclerosis, obesidad, Cáncer, Alzheimer, candidiasis, eczema, etc.
Acostumbramos a nuestros niños a premiarles con el azúcar, que engancha más que el tabaco. Entre las golosinas y la pastelería industrial, que forman parte de la «merienda» actual de los niños, estamos ocasionándoles graves trastornos de salud, al tiempo que contribuimos a la desaparición de comida tradicional, que incluye recetas caseras para las comidas, y frutas a la hora de la merienda.
PROBLEMAS OCASIONADOS POR LAS CHUCHES:
Entre las chuches y la pastelería industrial, los niños reciben en su dieta diaria elevados índices de azúcar refinada que inciden en:
- El grado de hiperactividad y agresividad de los menores. Muchas veces les damos un dulce para que estén quietos sin darnos cuenta que les estamos dando azúcar y por lo tanto el niño va a estar mucho más activo. Siendo además adictivo, lo cual hará que siempre quiera más y que sea más difícil dejarlo.
- Sometidos además a una vida cada vez más sedentaria, que no requiere la ingesta de alimentos altamente energéticos. Debemos tener en cuenta que dependiendo del tipo de vida que lleve el niño, su dieta deberá ser adecuada a ésta.
- Es por esto que cada vez son más frecuentes los casos de hipoglucemia. Es una complicación frecuente en niños malnutridos y puede producir daños cerebrales (la glucosa es el principal combustible del cerebro) y, en último término, la muerte. El niño tiene un subidón de azúcar cuando come chuches pero después le baja drásticamente y es cuando aparece el cansancio, decaimiento, melancolía… Y de ahí a casos de diabetes, una enfermedad que siempre se ha dado en personas de la tercera edad pero que a día de hoy afecta a niños y adolescentes que aún tienen toda una vida por delante.
- El páncreas constantemente monitorea la cantidad de glucosa en el torrente sanguíneo y fábrica suficiente insulina para acomodarla. Si no se produce la suficiente insulina o no se une a la glucosa de la sangre se produce Hiperglucemia. Una enfermedad que muchas veces acaba creando hiperactividad (movimiento continuo, se distraen fácilmente, tienen un período de atención mas corto…).
- Sin ignorar también los problemas de caries dentales y la obesidad; esta última a empeorado debido a la ingesta de comida basura, típica de los tiempos actuales. Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. El aumento mundial del sobrepeso y la obesidad infantiles es atribuible a varios factores, tales como:
El cambio dietético mundial hacia un aumento de la ingesta de alimentos hipercalóricos con abundantes grasas y azúcares, pero con escasas vitaminas, minerales y otros micronutrientes saludables. La tendencia a la disminución de la actividad física debido al aumento de la naturaleza sedentaria de muchas actividades recreativas, el cambio de los modos de transporte y la creciente urbanización.
¿Es esto lo que queremos para nuestros hijos? Para el futuro del ser humano? Personas con obesidad, problemas cardiovasculares, niños que ya tienen diabetes, hiperactivos, agresivos, adictos al azúcar, mal nutridos…? Esto es lo que SANIDAD permite que se venda y se consuma con total ignorancia?
Génesis Gutiérrez