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Iridología

En iridología se divide el estudio de los iris en tres grandes familias: los linfáticos, los hematógenos y los mixtos.

En el blog de hoy nos centraremos en el estudio de los iris hematógenos. Los iris de constitución hematógena son iris marrones, cuyo color va desde el avellana claro hasta los marrones más oscuros. En la iridología, esta constitución es la más difícil para la observación de los signos, a causa de su oscuridad. Las señales agudas, se verán como desgastes del color (como si un sector del iris hubiera estado frotado con el papel de lija) y las señales crónicas se marcarán porque el color presenta un oscurecimiento en su tono, como si estuviera “sucio”, “manchado”.

La fuerte pigmentación de este tipo de iris, hace que sea complicado ver la disposición precisa de fibras y signos de posibles patologías.

En iridología, dividimos esta constitución en dos subtipos:

Hematógeno puro: El iris suele tener  la apariencia de terciopelo, por sus fibras bien alineadas y sin signos aparentes de patologías. Los pacientes hematógenos puros, presentan una tez oscura, tendrán tendencia a problemas hepáticos y biliares.

Hematógeno tetánico larvado: El signo que mas destaca es la presencia de numerosos arcos nerviosos y rayos solares, los primeros normalmente se encontraran a partir del quinto anillo deformando el estroma. Otro signo representativo del iris hematógeno tetánico larvado  son los rayos solares(repliegues de las fibras iridianas) Estos signos nos indicarán según el estudio de la iridología una hiperexcitación del sistema neurovegetativo, desequilibrios nerviosos, problemas de columna, estrés.. etc..