Siempre me había hecho una pregunta: ¿por qué en oriente encontramos la antiquísima y nobilísima medicina china, que data de más de 5000 años, por qué en la India tenemos la Ayurveda, también antiquísima, en Persia y Egipto oímos hablar de los saberes Herméticos, i en cambio, aquí, en Europa, en Occidente, no hubo saber médico? ¿No hay historia de la medicina anterior a Hipócrates o Avicena?? ¿Qué pasó en occidente con todo el saber antiguo? ¿Es verdad que somos una cultura joven, sin historia milenaria como sí la tiene en la India, China o Japón? Evidentemente no, nosotros también somos una antigua cultura, no somos jóvenes, pero sí olvidamos mucho.
La Espagiria junto con la Alquimia fueron la tradición médica de occidente, y es una tradición de saber que al igual que ocurre con la medicina china o la ayurveda incluye una visión total del mundo, de la creación y del ser humano y de su salud, su enfermedad y su equilibrio dentro del movimiento continuo de la vida.
En la antigüedad coexistieron dos paradigmas científicos, el persa (medo-persa) y el egipcio. Fueron las ciencias medo-persas las que finalmente se impusieron en Europa como ciencias de los medos que posteriormente darían nombre a la medicina.
Por su parte las ciencias de la salud derivadas del paradigma egipcio, del antiguo país de Kemet serían posteriormente conocidas como ciencias Kémicas de donde en el árabe derivaría a Al-kémicas. Egipto fue realmente el origen de pensamiento tanto oriental como ayurveda, como occidental o espagirista, del paradigma de los egipcios derivarían las tres ciencias, por eso vemos en las tres semejanzas muy profundas. Todas ellas derivan la existencia de una única unidad, una unidad abstracta que en cuanto quiere ser nombrada ya se la delimita, y por tanto ya pierde parte de su esencia, una unidad más allá de ser captada por los sentidos humanos, pero que sin embargo podemos intuir que existe. Esta unidad es llamada por la espagiria el espíritu universal o Spiritus Mundi. De esta unidad derivarían dos polos opuestos, dos energías que en medicina china son el yin yang, y que en las espagiria las nombramos como el sulphur y el mercurius (sin tener nada que ver con los minerales que llevan su mismo nombre) el sulphur representa el principio de condensación, es lo sólido, lo caliente, lo masculino, el sol, el día… mercurius será su opuesto y su complementario, la energía, lo intangible, lo frío, lo femenino, la luna, la noche…. Ambas tienden necesariamente la una hacia la otra, y todo mercurius lleva en su origen la tendencia al sulphur, como todo sulphur tiende siempre a su mercurius. Estos movimientos, estas transformaciones las rige la fuerza solve et coagula, por la cual todo sulphur tiende a disolverse hacia su mercurius y todo mercurius tiende a condensarse hacia su sulphur.
Desde Egipto, este paradigma quedó restringido solo a los saberes de Hermes que eran exclusivos para los iniciados y que no se podían difundir (de ahí el nombre de herméticos) pero sí se extendió hacia China y la India, y también hacia occidente, el propio Hipócrates viajó y entró en contacto con los saberes Egipcios y de allí vemos mucha herencia en sus escritos, Hipócrates hablaba de la cuatro constituciones, también lo hace la espagiria, y define la enfermedad cono el desequilibrio entre los cuatro humores, también así lo hace la espagiria. Todo el saber espagirista, la visión del cosmos, de los seres humanos y de la salud y la enfermedad inundaron el saber de occidente, tanto en los árabes, como el las culturas celtas, como en la antigua cultura clásica. Entonces ¿Cómo desapareció? Desapareció como suele suceder por la acción de la religión, la religión católica. El edicto de Justiniano expulsó a todos los filósofos de Atenas, éstos se refugiaron en Persia, donde tradujeron todo su saber al sirio, y a partir de este momento todo el saber espagirio y alquímico queda restringido a la cultura islámica.
En la edad media se vio estas enseñanzas como demoníacas, de hecho muchos espagiristas fueron quemados como brujos. La espagiria prepara remedios diluyendo y condensando plantas medicinales, y mientras lo hace el espagirista suele orar, de ahí la palabra laboratorio (ora et labora) para mantener su mente centrada en el trabajo y no intervenir energéticamente en el preparado con malas influencias o pensamientos de preocupación o enfado o tristeza. Este hecho fue tremendamente sospechoso para los católicos, pues daba la impresión de que los espagiristas debían estar rezando a un dios, y si no era Su dios, debía ser el demonio. Es más, aquí, en la península hispánica, gracias a la conquista islámica se siguió practicando la espagiria y la alquimia durante muchos años más que en el resto de Europa. Los alquímicos, ya realizaban diluciones homeopáticas y preparados muy similares a las flores de Bach recogiendo las gotas de rocío, de hecho Paracelso del que bebieron Hanneman y Eduard Bach era espagirista. Pero esto, no hizo sino que la espagiria fuera más perseguida a partir de la reconquista, pues toda práctica morisca o islámica estaba en contra de dios, es más, se llega a decir en un escrito de Los moriscos y la medicina, (en Barcelona, Labor 1984) donde se plantean que si cura el médico o cura dios a través del médico, que “toda curación que provenga de un médico no cristiano debe de provenir del diablo”, y a partir de aquí luz verde para perseguir todo saber no cristiano, anterior al cristianismo o simplemente diferente, a las brujas se las persiguió por ser seguidoras de la diosa de la naturaleza o diosa madre, (la mayoría de cultura celta identificaba el Spiritus Mundi con la energía de la tierra o diosa naturaleza) y toda alquimia o espagiria por tener origen arábigo y por tanto anticristiana. De ahí que a partir de este momento todos se guardaran muy mucho de escribir o hablar sobre la alquimia o la espagiria y este saber quedó exclusivamente en círculos herméticos como los rosacruces y otras sociedades herméticas.
Hoy en día, por fin, después de esconderse durante tantos años (sino siglos) la espagiria y la alquimia vuelven a mostrarse al mundo y occidente puede volver a recordar sus orígenes.