Martín, nuestro protagonista, acaba de vivir su propia muerte, se encuentra en un espacio/tiempo que no comprende, no sabe dónde está ni qué hacer. Matías, un analista le ayudará a conocerse a sí mismo y a entender sus aprendizajes pendientes en la Tierra. Una vez Martín empieza a comprender, decide ayudar a los habitantes de la Tierra, conoce a Allegretas, Físicos y Susurradores con los que emprende un viaje al corazón de las experiencias humanas.
Los Susurradores es una novela que nos llevará a traspasar el umbral de la muerte para conocer que hay más allá, cuál es la razón por la que existe la Tierra, la razón por la que los seres humanos encarnan, qué lecciones hemos venido a aprender, qué hilos nos atan a nuestros seres queridos…
Los Susurradores es una novela entrañable, emotiva, que ahonda en los rasgos psicológicos más humanos, una novela indispensable para todo aquel lector que alguna vez se haya preguntado el porqué de su existencia, su objetivo en la vida, su razón de ser y de existir.
PRÓLOGO: EL RENACIMIENTO, VUELTA A LOS ORÍGENES
La oscuridad me oprime, no puedo respirar, no sé qué me pasa, no sé dónde estoy. Intento moverme pero no puedo, mi cuerpo no me responde, necesito salir de aquí, necesito tomar aire, no puedo respirar, me ahogo, no puedo respirar, socorro que alguien me ayude, no puedo respiraaaaarrrrrrr……..
-ya está, tranquilo, ya estás aquí con nosotros. Tranquilo, estás a salvo.
-¡Pero, no, no puedo respirar, sigo sin poder tomar aire!
-Sigues queriendo respirar con el cuerpo físico, sigues intentando notar tus pulmones llenos de aire, pero, ya no posees cuerpo, no posees pulmones, cruzaste la frontera de la vida material.
-¿Qué? ¿Qué dices?
-Sí, mi querido compañero, tal y como diríais en el lugar de dónde vienes, has muerto. Tal y como lo vemos desde aquí, acabas de renacer a la vida.
-¿Estoy soñando verdad?
-¿Qué es lo último que recuerdas?
-Oscuridad, no podía respirar, me faltaba el aire.
-¿Y antes de eso?
-Andaba por la calle, pensando en mis cosas, y de repente noté una sacudida muy fuerte, me vi lanzado por los aires y después sentí un golpe intenso, estaba totalmente aturdido y me faltaba el aire, sentía opresión en el pecho y me costaba respirar y……
-Y moriste, un accidente supongo, aunque no importa.
-¿Qué me estaba pasando?, ¿Dónde estaba? No entendía nada, no veía ni oía nada excepto aquella voz.
-¿Quién eres tú?
-Soy Maya, una matrona. Ayudo a los seres a cruzar la frontera entre los planos. ¿Recuerdas tu nombre?
-Francisco
-El nombre de tu última encarnación no, tu nombre.
¿Mi nombre? Mi nombre es Francisco ¿qué otro nombre voy a tener?, pero entonces, noté que una idea luchaba por aparecer en mi mente, como cuando sabes algo que no puedes recordar pero que estás a punto de hacerlo, y entonces una palabra acudió fuerte:
-mm…Martín….,sí, soy Martín…. pero, estoy confuso.
-Recordarás lentamente, cuál es tu profesión, tu profesión real, no tu representación en tu antigua vida material.
-¿Qué? ¿esto es real? Necesito levantarme y salir de aquí.
-Adelante pues.
-¡No puedo! no puedo moverme.
-Sigues intentando mover un cuerpo material que ya no posees. ¿Ya puedes respirar?
-¡Dios! pues ahora que lo dices no,…pero,….si no estuviese respirando estaría…..
-¿muerto?
-¡Oh Dios mío….!
-No desesperes, relájate, sólo desea moverte, con la mente. Muy bien, ya lo tienes.
-¡Me muevo, me desplazo! pero no me veo, solo siento que me muevo.
-Ahora quieres mirar con tus antiguos ojos, pero ellos no te sirven aquí.
-¿Cómo eres tú? te siento, pero no te veo.
-Y ¿cómo me sientes?
-Dulce, cariñosa, suave,…..
-¡Je!, eso está bien, ahora no intentes mirar con tus antiguos ojos, simplemente desea verme. Mira ahora.
-¿Qué? eres….., eres….., suave, translúcida, etérea y, y desprendes mucho amor…..pero…..que…
-Encantada de conocerte, ahora ya sabes quién soy.
-¿Y yo? ¿Soy como tú?
-¡Jeje!, ¿te refieres a si eres suave y translucido? Sí, es decir, eres energía. Y posees una energía muy dulce, tú también transmites mucho amor, Susurrador.
-¿Qué? ¿Cómo me has llamado?
-Te he llamado por tu profesión: Susurrador, los que susurran sentimientos de esperanza cuando sentimos desanimo, amor, cuando nos rodea el odio, fuerza, cuando nos acosa la flaqueza y siempre, siempre, esperanza.
Rosana Ferre
