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mala circulación¿Cómo tratar la mala circulación en piernas: varices, edemas, piernas pesadas e inquietas…?

Con el calor aumentan los problemas debidos a la mala circulación venosa, nos sentimos las piernas más pesadas, cansadas e inquietas, se retiene más líquido y los casos de varices empeoran.

La mala circulación en piernas se produce debido a un deficiente trabajo de nuestras venas y de nuestra linfa. Nuestras venas y nuestro sistema linfático son las encargadas de recoger los líquidos y los residuos, las venas constan de una fina capa de músculo, pero no tienen movimiento por ellas mismas, que la sangre se bombee hacia arriba depende de que los músculos de las piernas se muevan y con su movimiento impulsen la sangre hacia arriba. Cuando estamos mucho tiempo de pie,  quietos o sentados, donde apenas hay movimiento, las venas no pueden bombear la sangra hacia arriba, esta se estanca y ejerce presión en las venas de manera que con el tiempo las venas se dilatan, las válvulas de las venas que impiden que la sangre vuelva atrás dejan de cerrar correctamente y es cuando aparece la variz. Cuando aparecen las varices nuestra circulación ya está muy seriamente comprometida.

Cómo combatir la mala circulación

La mejor manera de tonificar nuestras venas y mejorar la circulación de retorno es sin duda alguna el movimiento, el deporte y sobretodo el deporte cardiovascular: senderismo, andar, bicicleta, correr… En nuestros cursos de quiromasaje aprendemos también a tratar la circulación de retorno. Cuando una persona llega con edemas lo más aconsejable es empezar con un drenaje linfático en pierna. El drenaje bombea los líquidos y estimula el trabajo de la linfa de manera que los líquidos se reabsorben muy rápidamente y el edema puede remitir en una sola sesión, pero si no mejoramos también el estado de las venas, a los pocos días vuelve a aparecer. Es por ello que es importante complementar el drenaje con un masaje de conjuntivo o de fascias. El masaje de fascias para la circulación de retorno se aplica sobre el sacro y es un potente estímulo para las venas de las piernas. También podemos ayudar con un masaje circulatorio en piernas que aporta una sensación inmediata de alivio y elimina la sensación de pesadez.

En nuestros cursos de naturopatía estudiamos también la hidroterapia, que es una gran aliada para el tratamiento de estas patologías, andar descalzo por la orilla del mar (talasoterapia) o andar descalzos por los riachuelos o el rocío, combina los beneficios del andar con los del agua fría. También son muy potentes los pediluvios, sumergir las piernas de manera alternativa en un barreño con agua fría y después con agua caliente y repetir este proceso hasta que la temperatura del agua de los dos barreños deje de tener contraste. Acabaremos siempre en agua fría. Los pediluvios actúan directamente sobre la capa musculas de las venas, el agua fría la contrae y la caliente la dilata, la repetición de contracciones y dilataciones se convierte en un ejercicio directo sobre la delgada capa muscular de las venas, fortaleciéndola y mejorando por tanto la circulación de retorno.

Otro gran remedio naturista son las fricciones en piernas, podemos mojar un guante de crin con agua bien fría y zumo de limón y aplicamos masajes en direcciones ascendentes con el guante de crin. Este remedio activa muchísimo la circulación microcapilar y tiene un efecto tónico sobre las vena.

También la fitoterpia nos aporta grandes soluciones, plantas como la Vid roja, el Hammamelis, el Brusco o el castaño de indias, tanto tomados en infusiones como utilizadas para preparar aceites circulatorios son una solución muy buena.

La aromaterapia científica nos explica cómo hacer aceites muy potentes con aceites esenciales como el  Mirto, el Enebro, el Ciprés o la esencia de Limón. Combinando estos aceites esenciales con las plantas medicinales podemos elaborar aceites para la circulación de retorno muy potentes.

                                                           Rosana Ferre Blanquer