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Como ya sabes, una dieta variada en frutas y verduras es indispensable para nuestra salud. Los vegetales deben ser la base de nuestra alimentación, ya que nos aportan muchos de los nutrientes esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Pero es mejor, ¿crudos o cocinados?

Sin ninguna duda, es mejor crudos. Y es que, la mejor forma de consumir los alimentos es fresca, sin conservantes, aditivos ni productos químicos. Así nos están aportando la mayor cantidad de nutrientes, minerales y vitaminas.

Cuando calentamos los alimentos por encima de 47ºC, estamos destruyendo una gran parte de las vitaminas (vitamina C, provitamina A, ácido fólico…) e importantes fermentos digestivos presentes en los alimentos crudos que nos ayudan a digerir bien los nutrientes. También se evaporan oligoelementos como el yodo, imprescindible para muchas funciones orgánicas entre las que destaca el desarrollo del feto y el crecimiento del niño. Y reducimos su energía natural. Por ejemplo, una semilla cocinada nunca germinará.

Al comer los vegetales en crudo, notaremos una mayor vitalidad y energía y nuestro sueño será más profundo y de calidad. Además, nos aseguramos una buena ingesta de fibra, que hará que vayamos al baño de forma regular. “Si comes vitalidad, también ganas vitalidad”.

También tiene ¡beneficios prácticos!. El tiempo de preparación es menor, no necesita una gran elaboración, así que es perfecto cuando andamos mal de tiempo. Hay muchos platos crudos, sencillos y deliciosos que podrás preparar en tan sólo unos minutos. ¡Y estarás ahorrando dinero!. Sobre todo si los compramos en comercios de toda la vida (fruterías, verdulerías, mercados…). Otro punto importante, si queremos que los vegetales y frutas que comemos tengan todos los nutrientes y no estén tan llenos de pesticidas. Las frutas y verduras de temporada son productos súper frescos, recolectados en su punto justo de maduración y por tanto, aportan más vitaminas, ¡además de tener más sabor! Si bien hoy en día podemos conseguir casi cualquier fruta o verdura en cualquier momento del año, debes considerar que los productos que se venden fuera de temporada suelen aportar menor valor nutricional y ser más caros. Comprando alimentos de proximidad no sólo consigues un increíble sabor y una gran cantidad de nutrientes sino que además estas ayudando a la economía local y ahorrando, ya que suelen tener un precio menor.

Comer los vegetales en crudo también evita que gastemos más cantidad, pues al cocinarlos pierden volumen. Y podemos comerlos hasta saciarnos sin sentir remordimientos.

Si eres de las personas que no toleran bien comerlos de esta forma, otra de las maneras menos agresivas, es la cocina al vapor o el hervido. De este modo se pierden nutrientes que pasan al vapor o al caldo, pero su recuperación es fácil, siempre que consumamos también el agua que hemos empleado para guisarlos. El calor altera los enlaces de las moléculas, los hace más frágiles, pero también permite que sea más fácil digerirlos.

Todo está en el equilibrio. Intenta al menos, empezar introduciendo cada día un buen plato de ensalada de hoja verde antes del plato principal, y así te aseguras estar consumiendo vitaminas, enzimas y fibra que te ayudarán a sentirte mucho mejor.

Os dejo una receta que a nosotros nos encanta y que cuando no tenemos muchas ganas de cocinar, es la opción perfecta. Ahora están muy de moda los buddha bowls, y es un plato fácil, completo y muy nutritivo.

BOWL DE QUINOA Y VEGETALES

  • Ingredientes:
  • ¼ pimiento verde
  • ¼ pimiento rojo
  • 2 zanahorias
  • 1 pepino
  • 1 lata de maíz
  • 1 aguacate
  • 1 puñado de espinacas crudos
  • Semillas de sésamo, de girasol… (a tu elección)
  • 2 puñados de Quinoa
  • Aceite de oliva, de sésamo, de coco…
  • Sal
  • Perejil, albahaca…

Preparación:

Lo primero que debes hacer es calentar agua en un cazo. Cuando empiece a hervir, echas la quinoa y la dejas unos 10 minutos a fuego medio.

Mientras tanto, sólo tienes que cortar todos los ingredientes en trozos pequeños. Cuando la quinoa esté lista, ponla en un bol o plato y añade por encima todos los ingredientes cortaditos. Seguidamente, echa las especias, las semillas, la sal y el aceite. O incluso puedes ponerle un poco de salsa de soja. Y ¡listo! En 10 minutos tienes una comida o cena perfecta, súper sana y deliciosa.

Puedes cambiar los ingredientes por los que tengas en casa. Ir probando que combinaciones te gustan más. También puedes hacerlo con arroz, cuscús, legumbres o sólo la verdura. Y una versión muy sabrosa, es añadirle algo de fruta. Ya sea manzana, piña, plátano, … lo que tú quieras. ¡Se va a convertir en uno de tus platos favoritos!. Además es perfecto para llevarlo en un tupper al trabajo, a la montaña, a la playa… Anímate a probarlo y a compartir con los tuyos tus bowls preferidos.

¡BON APPÉTIT!

Génesis Gutiérrez