Existe un grupo de terapias, como son la naturopatía, el quiromasaje, la acupuntura, la reflexología, las flores de Bach, … y otras muchas más a las que comúnmente llamamos terapias alternativas, en un origen, se les puso este nombre para distinguirlas de la “medicina o terapias oficiales”. Nada más lejos de la realidad, los que nos dedicamos profesionalmente a estas terapia sabemos que nunca jamás somos alternativos a la medicina, y repito, nunca jamás, las terapias naturales o alternativas no pueden nunca sustituir o ser una alternativa a un tratamiento médico, ¡Nunca jamás!! Y esto es importante que lo digamos alto y claro. Si un paciente está enfermo y su médico le indica la necesidad de tomar una medicación, nunca, ningún remedio natural podrá sustituirla, podemos, acompañar, podemos complementar pero jamás sustituir o presentarnos como una alternativa.
Este es el motivo de que de un tiempo a esta parte, en lugar de terapias alternativas se las llame terapias complementarias, nombre que tampoco es el ideal, porque puede dar a entender como que un tratamiento médico es incompleto o necesita de un complemento, cosa que evidentemente no es verdad. Es difícil nombrarlas porque pensamos en tratar enfermedades, y ahí es donde reside el error, las terapias alternativas no tratan enfermedades, eso lo hace la medicina, las terapias alternativas intentan aumentar la salud de sus clientes al máximo grado posible. Cuando el paciente está sano, siempre se puede estar más fuerte y sentirse uno mismo mucho mejor, y cuando un paciente está enfermo intentamos facilitar al cuerpo el que pueda restaurar la salud. Por eso decimos frases como “el naturópata no cura, es el paciente quien se cura”, o “La misión del naturópata es quitar todos los obstáculos (siempre que sea posible) que impiden al orgnismo del paciente recuperar su salud”,….
Por este motivo muchas veces se nos llama “terapias preventivas”, cierto pero incompleto, también podemos ayudar cuando ya hay enfermedad.
Tal vez el nombre más adecuado sea “terapias holísticas”. Otra de nuestras famosas frases es “No tratamos enfermedades, sino personas enfermas” (aunque también podemos tratarnos cuando estamos sanos). Queriendo dar a entender que a la persona la tratas desde todos sus ámbitos: físico, emocional, mental e incluso social. Conseguir el mayor grado de salud, implica conseguir el mayor grado de armonía en todas nuestras esferas de la vida.
Entonces ¿Qué hacen las terapias alternativas?
“Mens sana in corpore sano”. Las terapias alternativas promulgan el cuidado de la salud, no el tratamiento de la enfermedad. Por ejemplo, si sabemos comer bien, no habrá que tratar el colesterol ni la obesidad. Si realizamos ejercicio regularmente, mejoraremos la circulación de retorno, estaremos previniendo los edemas de tobillos, las varices, ayudando a la nutrición de nuestras articulaciones y mejorando la salud de nuestro corazón.
Por eso se nos llama medicina preventiva. Eso sí, el naturista no se cuida para evitar la enfermedad sino por sentirse más sano, más vital, más fuerte, más joven…
Esto quiere decir que se mira a la persona y no a la enfermedad, como dijo Hipócrates “no hay enfermedades si no enfermos”. Hace 25 siglos Hipócrates definía salud como aquel estado en el cual un individuo está en armonía consigo mismo y con el entorno, insistiendo además en que todo lo que afectaba a la mente necesariamente afectaba al cuerpo.
Por eso es importante realizar un tratamiento conforme a tu realidad, tu entorno y situación específica, y eso es lo que precisamente buscan estas Terapias. Van más allá de lo físico, tomando en cuenta tu totalidad como ser, con tus pensamientos, emociones, relaciones, creencias; resaltando la forma de enfrentarte al mundo.
Por lo tanto son Terapias que fomentan prevenir la enfermedad, tomando en cuenta la alimentación, la eliminación de toxinas, las relaciones personales, el escuchar y atender las necesidades de tu cuerpo, permitirte el descanso y lo más importante: Terapias a tu medida. Te invitan al conocimiento de tu yo y a una conexión con la naturaleza, intentan enseñarnos a cuidar de nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro sistema de vida, para estar más sanos, más fuertes y más felices.
De hecho, no deberían ser un estudio universitario ni un módulo de FP, debería enseñarse desde el colegio. Todos deberíamos aprender a comer bien, a equilibrar nuestro organismo, saber cómo actuar ante una indigestión, un resfriado, un dolor muscular, etc. Esas molestias que no son graves pero que pueden menguar mucho nuestra calidad de vida.
Deberían enseñarnos desde pequeños técnicas de relajación, a meditar, a creer en nosotros mismos, a luchar por nuestros sueños, potenciar nuestras cualidades…
Las Terapias Alternativas son holistas, no se puede estar sano si no eres feliz. La salud del cuerpo, la felicidad del corazón y la realización de la mente van necesariamente unidas. Todos deberíamos tener acceso y conocimiento de estas terapias.
Las terapias alternativas no deben ser una terapia, deben ser un estilo de vida, un estilo de vida en el que nos preocupemos por estar, sentirnos y vivir lo mejor posible.
Rosana Ferre